Bucherer: una marca de lujo suiza adelantada a su tiempo

El anuncio de la venta del minorista suizo de relojes y joyas a Rolex ha sorprendido al mundo del lujo. Bucherer tiene una larga historia de dar sorpresas a la industria.

El especialista en India de Swissinfo.ch cubre una amplia gama de temas, desde las relaciones bilaterales hasta Bollywood. También sabe un par de cosas sobre relojería suiza y le gusta la parte francófona de Suiza.

El 25 de agosto, Rolex anunció su decisión de adquirir Bucherer, una decisión astuta dado que Jörg G. Bucherer, presidente de 87 años de edad y descendiente de la tercera generación de la familia, no tenía descendientes directos y buscaba vender la empresa. negocio.

La empresa de Lucerna cuenta con más de 100 puntos de venta en todo el mundo, más de la mitad de los cuales distribuyen relojes Rolex. Bucherer también vende relojes de lujo fabricados por los competidores de Rolex, así como relojes bajo su propia marca Carl F. Bucherer. Así, con la adquisición de Bucherer, Rolex puede hacerse con el control de su red de distribución, acceder a los clientes VIP de Bucherer y obtener información sobre las ventas de sus competidores. Cuando se le contactó, Bucherer no quiso hacer comentarios sobre la adquisición.

SWI swissinfo.ch decidió profundizar en lo que hace de Bucherer una empresa tan singular.

Los orígenes de Bucherer se remontan a 1888, cuando Carl Friedrich Bucherer y su esposa Luise abrieron una relojería y joyería en Lucerna. Querían aprovechar la oportunidad que ofrecía la afluencia de turistas adinerados que llegaban de toda Europa para admirar los Alpes y respirar el aire fresco de la montaña. La apuesta dio sus frutos y sólo unos años más tarde pudieron abrir su segunda boutique.

Para hacer crecer el negocio, Carl Friedrich Bucherer capacitó a sus dos hijos en los principales oficios: Ernst Bucherer aprendió el negocio de la relojería, mientras que Carl Eduard Bucherer se formó en la orfebrería. En 1913, los dos hermanos se unieron al negocio familiar y rápidamente se dispusieron a abrir tiendas fuera de Suiza, empezando por Berlín y luego por Santiago de Chile. Una de las impulsoras de esta expansión internacional fue la esposa de Carl Eduard, Wilhelmina Bucherer-Heeb.

"Su inteligente sentido comercial y su asesoramiento empresarial ayudan a allanar el camino para convertir la empresa en una marca cosmopolita", dice el sitio web de la empresa.

Murió trágicamente en un naufragio cuando viajaba de Argentina a Chile. La compañía rindió homenaje a su memoria lanzando un reloj de edición especial a su nombre en 2005, limitado a 70 piezas. La muerte de Wilhelmina puso freno a los planes de expansión internacional y su marido y su hermano regresaron a Lucerna y se centraron en crecer en Suiza. Bucherer no volvió a aventurarse en el extranjero hasta los años 80, cuando el actual presidente Jörg G. Bucherer se expandió a Austria.

En 1919, Carl Friedrich Bucherer tomó una decisión pionera. Se convirtió en el primer minorista de relojes en empezar a fabricar relojes con su propio nombre. La primera colección de relojes se lanzó en 1919 y estaba dirigida a las mujeres.

Bucherer también fue una de las primeras marcas de relojes en adoptar correas de reloj. Los relojes de bolsillo seguían siendo la opción más popular entre los hombres en aquella época, a principios del siglo XX. Los relojes de pulsera se consideraban joyas y todavía no eran un accesorio común entre las mujeres. Bucherer también ideó sus propios diseños únicos de correas y pulseras para relojes.

Hoy en día, la colección de relojes de Carl F. Bucherer cuenta con varios modelos que oscilan entre 3.100 y 145.000 francos (entre 3.500 y 164.000 dólares).

Otro punto de inflexión en la historia de la empresa fue la decisión de Ernst Bucherer de vender relojes fabricados por una empresa propiedad de un tal Hans Wilsdorf. Wilsdorf había fundado su empresa de relojes en Londres en 1905 con su socio Alfred Davis.

Vendieron relojes bajo el nombre de Wilsdorf & Davis, que luego se cambió a Rolex en 1908 porque sonaba mejor. El objetivo de Wildorf era fabricar relojes que fueran a la vez elegantes y precisos. Rolex llamó la atención de la industria relojera cuando su reloj de pulsera recibió el certificado de precisión "Clase A" del Observatorio de Kew. La empresa se trasladó a Ginebra en 1919 por motivos fiscales. Cinco años más tarde nació una colaboración de 100 años con Bucherer.

"En 1924, Ernst Bucherer tuvo la previsión de cerrar un acuerdo con Hans Wilsdorf para convertir al grupo familiar Bucherer en un importante socio minorista de Rolex", dice el sitio web de Bucherer.

Además de vender relojes Rolex, un punto de venta de Bucherer era el único lugar donde los compradores podían conseguir cucharas especiales Rolex. Para adquirir uno, un cliente tendría que comprar un reloj Rolex.

En 1969, la marca de relojes japonesa Seiko presentó el primer reloj de pulsera de cuarzo del mundo: el Astron. Fue el presagio de lo que se conoce como la “crisis del cuarzo”, cuando los relojes mecánicos suizos se vieron obligados a competir con relojes de cuarzo más precisos y mucho más baratos. Entre 1970 y 1983, el número de empresas relojeras suizas se redujo a más de la mitad y desaparecieron dos tercios de los puestos de trabajo en la industria.

A diferencia de muchas marcas suizas tradicionales, Carl F. Bucherer adoptó la tecnología del cuarzo como parte de su línea. También fue una de las alrededor de 20 empresas suizas que financiaron el desarrollo de un movimiento de cuarzo suizo competidor, el Beta 21, que finalmente no tuvo éxito.

La mayoría de los relojes suizos funcionan con movimientos producidos por terceros como ETA o Miyota porque son más baratos y han demostrado ser fiables. El santo grial de cualquier marca de relojes es desarrollar internamente su propio movimiento de reloj.

Carl F. Bucherer hizo precisamente eso, pero fue más allá. Desarrolló lo que se conoce como movimiento de rotor periférico. Un rotor es un componente del reloj que gira cada vez que el usuario mueve la muñeca y alimenta el reloj. Los rotores tradicionales son voluminosos y cubren más de la mitad de la parte posterior de un movimiento. Por otro lado, un rotor periférico recorre la periferia del movimiento, lo que permite un reloj más delgado y una vista completa del movimiento si el reloj tiene un fondo transparente.

El primer movimiento periférico de Carl F. Bucherer, el CFB A1000, se lanzó en 2008 y tardó tres años en desarrollarse, seguido del CFB A2000 (en la foto de arriba) y el CFB T3000, que impulsa sus relojes más caros, como el Manero Tourbillon Double Peripheral Paradise, de 145.000 francos suizos.

Entonces, ¿qué pasa con la ilustre compañía ahora que Rolex tomará las riendas? El futuro es un poco confuso pero parece que no se trata de una adquisición hostil. Rolex ha declarado que Bucherer mantendrá su nombre y que la empresa seguirá funcionando de forma independiente. Jörg Bucherer seguirá siendo también presidente honorario del grupo Bucherer.

Es probable que Rolex continúe vendiendo sus relojes a través de puntos de venta de Bucherer como antes, pero se embolsará los considerables márgenes que el minorista estaba obteniendo con ellos. Una comparación de preciosEnlace externo entre los relojes vendidos por vendedores privados y por distribuidores indica que los márgenes rondan la friolera del 27% en promedio.

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